PRESURIZACIÓN, BARRIDO, VACÍO Y CARGA DE REFRIGERANTE EN EQUIPOS RVC

La ejecución de esta actividad se basa en las BPA, Buenas Prácticas Ambientales. Se busca garantizar al 100% que no habrá fugas de gases ni aceites al ambiente.

Entendemos por buenas prácticas ambientales aquellas acciones que pretenden reducir perjuicios sistemáticos o accidentales del sistema productivo sobre el entorno, sobre los recursos naturales y el ser humano, minimizando las emisiones de gases y ruidos a la atmósfera, los vertidos líquidos a cauces, espacios naturales y aguas subterráneas y los residuos sólidos a vertedero o al suelo directamente, pero que necesitan ser asumidas por la empresa, entendida en su globalidad, previamente a su aplicación, constituyéndose estas prácticas en actuaciones de gran rentabilidad, que dotan a la empresa de seguridad y que optimizan los procesos.

La presurización consiste en la inyección de un gas inerte a alta presión en las tuberías donde se cumple el ciclo de la refrigeración para determinar que no haya fugas.

  

El barrido por su parte por el mecanismo de limpieza interna propende por eliminar suciedades y saldos líquidos y sólidos y otros materiales en todo el entramado tubular del circuito.

El vacío, crea una presión inversa que genera una cámara totalmente vacía, limpia y libre de cualquier humedad y permite además visualizar que todo el sistema se encuentre herméticamente sellado.

La carga de refrigerante es la última actividad antes de poner a funcionar el ciclo. Se utilizan referencias según las indicadas por el fabricante y se procura que no salga nada a la atmósfera y que no le falte, ni le sobre la carga de gas al equipo.